El lunes por la mañana, cuando yo andaba viendo la catedral de Justo Gallego en Mejorada del Campo (menuda historia la de ese señor...) me llamaron de la Cadena Ser porque de nuevo era finalista del concurso Relatos en cadena. Ni me acordaba del relato porque lo escribí en el móvil y lo mandé (no estaba segura ni de haberlo mandado), así que he tenido que esperar a que lo pongan en la web de la Escuela de escritores para tenerlo. No gané (¡casi!), pero lo copio abajo. Además, aquí está el enlace del corte de radio, por si alguien quiere escuchar la férrea defensa que hago de la nueva caligrafía en Finlandia :P
La falta de espuma
Había escrito cien veces: te quiero. Procedí como había hecho con la cerveza: un amigo me había dicho que la cerveza no te gusta hasta que te tomas cien, así que eso hice, empezar a contar. Y a la veinticuatro todavía no me gustaba pero a la sesenta y dos tengo que admitir que ya la pedía sin reparo. A la noventa y uno dejé de contar porque me encantaba beberla. Así que eso hice, escribirlo cien veces en una servilleta, te quiero, te quiero, te quiero; pero parece que no funciona igual. Será el lúpulo, la fermentación o la falta de espuma, no sé.
Jaja, hola JM, ¡seas quien seas! Pues sí, aquí sigue el blog, como un jabato tras más de diez años y los que le quedan. ¡Un abrazo enorme y gracias por tus palabras!
Exponer tus reflexiones ante desconocidos es uno de los atractivos de los blogs ... aunque en este caso existe cierta probabilidad de que nos conozcamos: estudiamos la misma carrera y en el mismo sitio (donde coincidimos algunos años).
Tal vez montamos juntos en el mismo ascensor, te pedí que me pasaras el aceite en la cafetería, ...
Esta tarde, mientras me refugiaba en mi trastero huyendo de una decena de adolescentes preuniversitarias, escuché la final del concurso de relatos.
Participaba el chico que ganó el día que leyeron tu relato. Me pareció que los concursantes votaban estratégicamente: en vez de votar al relato que más les había gustado, votaban al que menos.
Esto es una crítica a la mecánica del concurso y una pista.
Yo he votado tres veces y las tres han sido honestas pero es cierto que uno tiene la tentación de hacer lo contrario. La estrategia de todos modos a veces sirve de poco, creo que también influyen los comentarios que se hacen tras cada relato.