Ladrones
El astrónomo se pone los auriculares, deja la mochila junto a una roca grande y saca de ella el termo de café. Limpia de piedras una zona del terreno y coloca allí su telescopio, sin duda estable. Le pone el objetivo idóneo para observar esa galaxia que está a millones de años luz. Lo limpia bien con un paño especial, le quita el protector y lo ajusta al visor con esmero. Apaga todas las luces y empieza a enfocar muy despacio. Segundos después, no tiene a su lado la mochila, ni siquiera el termo con café; no ve cómo su coche ya se aleja por el sendero con las luces apagadas. Piensa que menos mal que están apagadas: así puede ver perfectamente cómo su galaxia va a apareciendo en el objetivo, tan nítida como siempre. |