sin caperuza–Nene, cuando me dé mi madre las magdalenas para mi abuela, te mando un whatsapp y calculas. Espero que no me vea Roberto, qué infierno. Ponte el disfraz de lobo, anda. Yo me pondré el rojo que te gusta. Pasados unos minutos, el paparazzi Roberto Salinas siguió a Carlota Azcárraga desde la puerta de su apartamento de la calle Serrano hasta la casa de su abuela, cuatro calles más allá. Tras dejarle las magdalenas, Carlota se fue a casa del vecino de su abuela, Robert Wolf, un artista de poca monta que llevaba meses sin vender ni uno de sus cuadros. Roberto Salinas fotografió con empeño su encuentro sexual pensando en la cantidad de dinero que le darían en la revista por cada foto. Pasada media hora, se caló el gorro de cazador, cogió su Colt de 9mm y decidió que no le gustaba nada el papel de cornudo del cuento. |2012-08-04 | 19:19 | escritura | Este post | | Tweet
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