Seguimos de huelga. Octavo parón y siguen sin dialogar, sin haberse sentado ni siquiera. Si el problema es sentarse, podrían dialogar de pie tomando una cañas, pero tampoco. Cada día estoy más convencida de que no van a sentarse en todo el año, la verdad. Cospedal ya avisó de que habrá protestas "cuando Rajoy diga lo que hay que hacer", con lo que todas las manifestaciones, concentraciones, artículos y gritos que proferimos los profesores de la pública son ignorados con esa vomitiva excusa: "yo le ignoro, sí, pero es que estamos haciendo lo que hay que hacer".
Así funciona nuestra política ahora, señores, y eso que todavía no hemos votado. La política, sí, esa que define la wikipedia como "la actividad humana que tiene como objetivo gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad". Porque la política, por desgracia, hemos acabado confundiéndola con los políticos o, lo que es peor, con los partidos, y una opinión, un modelo de gestión, una sola forma de actuar es la que nos gobierna, la que maneja los hilos de nuestras vidas independientemente del "beneficio de la sociedad".
"Estamos haciendo lo que hay que hacer". Lo que hay que hacer con ellos me lo callo porque este blog es público, pero léanme la mente un poco, que es fácil. Lo primero que leerían serían insultos, lo reconozco. Lo siguiente, mis deseos más vengativos. Y lo último, la certeza de que la política es otra cosa.
El problema no son los políticos ni la política ni los partidos.
El problema es que la sociedad mayoritariamente no considera que su beneficio pase por defender una escuela pública de calidad.
Si la enseñanza pública de calidad fuera un valor fundamental para la mayoría de la gente, se votaría a una opción que la defienda lo mejor posible y se exigiría que así fuera. Por poner un ejemplo, si la educación pública fuera algo fundamental para la mayría de la gente (o la sanidad pública), no se diría que PP y PSOE son iguales porque tienen la misma postura sobre la ley Sinde cuando es evidente que en educación (y sanidad) no son iguales.
Pero lo cierto es que tal y como están las cosas, los políticos de la Comunidad de Madrid están haciendo lo que hay que hacer, efectivamente, porque les han elegido para eso gente que sabía a qué iban.
Y los que no les hemos elegido, que somos mayoría porque no dejan de ser una mayoría minoritaria de votantes los que les han elegido, no hemos sido capaces de articular un movimiento que sirva para votar en bloque a una opción política que incluya eso que a ti y a mí nos parece fundamental.
Es triste, pero honestamente creo que es así :/
Y mientras no lo aceptemos y trabajemos para cambiar eso, no se arreglará el problema. Lo cual no quita que las huelgas sirvan, por ejemplo, para dar visibilidad al problema. Pero no creo que los políticos tengan obligatoriamente que hacer caso a los huelguistas (aunque esté de acuerdo con los objetivos de la huelga) de la misma manera que no creo que tengan que hacer caso a los grupos ultracatólicos que piden que se prohíba el matrimonio homosexual (con lo que no estoy nada de acuerdo).
De doy la razón sólo en parte. La huelga es el último recurso que tenemos para que se nos escuche. El último. A mí no me hace ninguna gracia perder 100 euros cada día de huelga, pero lo hago suponiendo que la persona responsable de los recortes se va a sentar a ver qué está pasando. Pero no lo hacen porque hacen oídos sordos a lo que les gritamos. Lo que no puede pasar es que un político haga lo que le dé la gana y nosotros no podamos más que aceptarlo.
El 22M ganaron por mayoría absoluta pero esta medida, aprobada un mes después de ganar, no aparecía ni por asomo en el programa del PP. Los que votaron no sabían nada de lo que iban a hacer en política educativa. Ahora lo saben y por eso van a perder muchos votos en Madrid, entre ellos, de muchísimos profesores que les han votado siempre.
De todos modos, entendería que un político tuviera que aguantar una huelga cuando deja claro que hay recortes y el personal no acepta esos recortes. Pero durante estos últimos meses nosotros hemos tenido que aguantar cada día el desprecio de la consejera y de la presidenta dando a entender que nos quejamos por dos horas y no queriendo admitir que han dejado a la mayoría de los centros sin desdobles ni laboratorios para, a cambio, favorecer a la enseñanza privada.
En cuanto a lo último, si decenas de miles de personas se manifiestan cada jueves reclamando algo, sí creo que habría que, al menos, escucharlas. Me parece que es lo mínimo. Sin embargo, ni siquiera se ha llamado a la mesa sectorial.
Y para acabar, las coacciones que estamos sufriendo en los centros son de vergüenza. Los expedientes que están abriendo a algunos directores y compañeros son más propios de una dictadura. Ante este tipo de cosas, no podemos hacer como si no pasara nada. Es una cuestión de instinto, necesitamos gritar.
Por cierto, una de las cosas que más me gustan de tener este blog es poder leer comentarios que completen mi percepción del mundo. Ayer estuve con unos amigos charlando sobre los nuevos sistemas de comunicación, las redes sociales, los blogs... Y la verdad es que son tantas las cosas que no habría conocido si no hubiera sido por este blog que se me quedan pequeñas las gracias a Blogalia por estar ahí en su momento y a los que comentáis (aunque a la mayoría no os conozca, un día de estos va a haber que quedar y arreglar el mundo con unas cañas!).