su nido
Al igual que un águila justo antes de saltar a la nada, abre sus brazos muy despacio, subiendo un poco los hombros y separando levemente los dedos de las manos, como si las ganas le nacieran justo ahí. La sonrisa ya la llevaba puesta varios segundos antes. El brazo derecho lo eleva un poco más que el izquierdo: el primero pasa por encima de su hombro y el segundo se va a directo a la cintura. Milisegundos después, aprieta hacia sí convirtiendo sus brazos en un gancho almohadillado mediante el gesto más sutil y mirífico que había hecho en toda su vida, como la primera vez que cogió con sus manos un trocito de algodón de azúcar.
Ese abrazo era su nido y ahí estaba segura. |2008-07-20 | 21:42 | bajo llave | Este post | | Tweet
Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://lolamr.blogalia.com//trackbacks/58608
Comentarios
|
Van diciendoMail-andololaberinto-arroba-gmail.comPapeles viejos
Categorías
Otros cuentan- 1 de 3- Acertijos y más cosas - Comentaristas dispersas - Cuchitril literario - Cuentos mínimos - Decapitado por hereje - Efervescente2H - El lobo rayado - El musolari errante - Epsilones - Espejo Lúdico - Gaussianos - La ciencia para todos - La piedra de Sísifo - La vidriera irrespetuosa - La zona fótica - Lector constante - MalaCiencia - Por la boca muere el pez - Trapseia - Ventanas
Humor |