Cuadrados mágicos
Llevo tiempo queriendo poner un post sobre el siguiente cuadro de Durero, llamado Melancolía, y hoy es el momento:
El grabado en si es maravilloso (¿algún crítico de arte en la sala?). Según he leído, se supone que el ser alado representa los peligros y las satisfacciones de la actividad intelectual y es la imagen del espíritu creador, del hombre a solas consigo mismo. El edificio con escalera indicando que está en construcción, el problema geométrico sin resolver, Cupido sobre una rueda, el perro hidrófobo, el reloj con la arena cayendo, la balanza vacía oscilando, todo sume en desesperación a la Melancolía, nombre del grabado. Pero querría destacar algo que muchos ya conocereis: el cuadrado mágico que aparece en la parte superior derecha: si sumamos los números de cada fila, columna o diagonal, obtenemos el mismo resultado, 34. Ese cuadrado mágico resuelto presagia soluciones a los problemas más enredados. Un cuadrado mágico es una disposición de varios números distintos puestos en forma de cuadro, con igual número de filas que de columnas, de manera que la suma de los números situados en cualquier fila, columna o diagonal sea constante. He leído en Wikipedia esta breve historia sobre los cuadrados mágicos: En la antigua China ya se concocían los cuadrados mágicos desde el III milenio adC, como atestigua el Lo Shu. Según la leyenda, un cierto día se produjo el desbordamiento de un río; la gente, temerosa, intentó hacer una ofrenda al dios del río Lo (uno de los desbordados) para calmar su ira. Sin embargo, cada vez que lo hacían, aparecía una tortuga que rondaba la ofrenda sin aceptarla, hasta que un chico se dio cuenta de las peculiares marcas del caparazón de la tortuga, de este modo pudieron incluir en su ofrenda la cantidad pedida (15), quedando el dios satisfecho y volviendo las aguas a su cauce. Igualmente conocieron combinaciones de esta clase los indios, egipcios, árabes y griegos. A tales cuadrados, las diferentes culturas les han atribuido propiedades astrológicas y divinatorias portentosas grabándose con frecuencia en talismanes. Así, como recoge Cornelius Agrippa en De oculta philosophia libri tres (1533), el cuadrado de orden 3 (15) estaba consagrado a Saturno, el de 4 (34) a Júpiter, el de 5 (65) a Marte, el del 6 (111) al Sol, el del 7 (175) a Venus, el del 8 (260) a Mercurio y el de 9 (369) a la Luna; idéntica atribución puede encontrarse en la astrología hindú. La introducción de los cuadrados mágicos en occidente se atribuye a Emanuel Moschopoulos en torno al siglo XIV, autor de un manuscrito en el que por vez primera se explican algunos métodos para construirlos. Con posterioridad, el estudio de sus propiedades, ya con carácter científico, atrajo la atención de grandes matemáticos que dedicaron al asunto obras diversas a pesar de la manifiesta inutilidad práctica de los cuadrados mágicos. Entre ellos cabe citar a Stifel, Fermat, Pascal, Leibnitz, Frenicle, Bachet, La Hire, Saurin, Euler, ... diríase que ningún matemático ilustre ha podido escapar a su hechizo. Y para acabar, dejo aquí el cuadrado mágico de la Sagrada Familia de Barcelona (en este caso, suman 33, la edad de Cristo en la Pasión): |2005-01-12 | 01:00 | | Este post | | Tweet
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