Eso ha sido lo primero que he notado al poner el pie en tierra, calorcito (en París llovía al irme) y colorcito, se nota, se nota.
Luego también se ha notado la vuelta en que me han pinchado las ruedas del coche, en el tráfico, en el retraso del autobús... pero bueno, eso pasa hasta en las mejores familias. Y mañana, ¡cagatió!