Cuando se cambia de lugar de residencia, se notan los cambios grandes al principio y los pequeños un poco más tarde. Me pasó al pasar de vivir en mi pueblecito jiennense a vivir en Granada, y lo mismo al irme a Barcelona. Ahora que vivo en París, he apreciado un montón de cosas pequeñas que han cambiado de repente, esas cosas que no aparecen en las guías de viaje. Voy a ir haciendo memoria y contaré algunas.
-En París no hay galletas. Esto ya lo he dicho un par de veces, pero es que no lo entiendo. Hay miles de cosas del tipo galleta, cosas como lenguas de gato, pastas de te, cosas similares a las galletas con mermelada de fresa encima, muchísimas cosas, un estante completo en el supermercado dedicado a cosas parecidas a las galletas pero esas galletas normales, esas galletas que a algunos les gustan crujientes y a otros mojadas en leche caliente, galletas normales, de las de siempre no hay, de esas no hay. Se saltaron ese paso.
-Lo mismo puedo decir de las magdalenas, magdalenas normales, grandes o pequeñas, normales, para tomarlas con o sin leche, magdalenas, La Bella Easo o marca Hacendado, lo que sea pues no hay. No hay ni marca Auchan, que es el Alcampo español. Nada.
-Siguiendo con la comida inexistente, he echado en falta la sopa hecha que tanto me ha acompañado en Barcelona. Preferiblemente el Caldo de Pollo Gallina Blanca, de las que ya vienen en tetra-brick, pero vamos, que no soy exigente, la que sea. Pues aquí podemos encontrar otro estante lleno llenísimo de cosas de ese estilo, lleno de tretra-bricks con distintos caldos, sopas o purés preparados para calentar y tomar, pero no hay caldito normal de pollo. De hecho, el pollo en sí es algo que no se estila demasiado y es carísimo. Pechuga de pollo a 10.89 euros el kilo, madame, esta misma tarde. Ah, no puedo olvidar la manzanilla (sí, sé que es camomille, no pido manzanille ni pommemille), porque hay miles de tés, tilas, ¡hasta mate!, pero no hay manzanilla. Y el azúcar normal que tomamos nosotros, el de toda la vida, el del café, es casi inexistente. Digo casi porque tras una semana lo encontré, pero costó. Hay mucho edulcorante, de todo tipo, y terrones de azúcar de varios colores, y azúcar de ese que se usa para adornar las tartas (yo hacía con él mis tartas topológicas) pero para buscar el sucre cristal casi hay que ponerse en la piel de Indiana Jones.
-En la sección de pescado, destaca el salmón, muchísimo salmón, en exceso, diría yo. En cuanto a la carne, más o menos igual que en España, pero, como decía antes, más cara. A destacar que también es mayor la cantidad. Comer en París (en casa) para una persona que viva con menos de 4 mochuelos dentro del hogar es horrible, porque la bandeja de 32 filetes de lomo no hay quien se la coma antes de que caduquen, con lo que a veces no hay más remedio que coger esos platos que ya vienen hechos o ponerse a hacer arroz o algo por el estilo (se corren ciertos riesgos).
-Culinariamente, a favor tenemos una ingente cantidad de quesos (para los que les guste el queso, entre los que no me incluyo) y la existencia de crepes ya hechos. También hay una gran variedad de mantequillas y bombones de chocolate. Por supuesto, el vino y los patés destacan por su enorme presencia. Bueno, y muchas cosas, porque yo no paro de ver productos que no sé ni lo que son. Seguro que una parisina que vaya a Barcelona notará más ausencias que yo, a pesar del espetec y el jamón. Por cierto, los franceses dicen que también tienen jamón serrano, pero eso es mentira, si algún francés os lo dice, decidle que es falso; no es jamón serrano, no sabría describirlo, es una cosa rosa, mezcla entre el jamón serrano y el cocido, algo raro. Ah, y los perritos calientes se llaman hot dogs (esto va por los catalanes, que me dicen que la traducción en español es muy poco personal aunque en catalán es frankfurt, así, de golpe, del tipo ¿tú qué quieres?, mmm, un frankfurt).
-Pasamos a la fruta y verdura. En general, también está más cara, sobre todo las naranjas, que vienen todas de Valencia, pero que yo creo que Valencia no está tan lejos como para que estén a 4.50 euros/kilo. Muy ricas, eso sí. Se toma mucha soja y zanahoria. En la mayoría de los supermercados sólo se encuentra un tipo de patatas y otro tipo de tomates. Eso me sorprendió, porque a mí me encanta el pan con tomate y no digamos ya las patatas, pero sólo hay de un tipo, que es justo el tomate que cuesta untar y patatas grandes grandísimas, que me como una y ya me llena.
-La gran mayoría de la leche se vende en botellas de plástico de un litro y las hay de todo tipo, me pierdo a veces porque las botellas son casi iguales. Creme, demi-creme, avec omega3, bio, semibio, avec vitamines... También sorprende la variedad de agua mineral, incluso en supermercados pequeños. Te plantas delante de las botellas de agua, todas de diseño, y no sabes cuál coger, porque es agua, sin más, y yo sólo la quiero por la botella en sí, para ir rellenándola.
-En cuanto al pan se refiere, las baguettes son baguettes de verdad, están hechas ahí, no como en la mayoría de los sitios en España, que ya está cocido el pan y salen todas igualitas. Aquí salen un poco dobladas, cada una distinta a otra, con personalidad y están riquísimas. El pan de molde es completamente distinto, menos rebanadas y más grandes. Y pasando a la repostería y pastelería ahí ya me pierdo Los croissants no tienen forma de croissant, son rectos y saben distinto, muy ricos. Las napolitanas de chocolate (que aquí son pain au chocolat) son más pequeñas y hay muchos tipos de galletonas y magdalenas grandes, con pegotes chocolate. Hablando de chocolateeee, obviamente no se puede pasar por alto las creperías, esos lugares donde habitan los crepes con chocolate (que aquí son femeninas, son las creppes) y que aparecen por cualquier sitio, ya sea para llevar o para tomar sentada, con cuchillo y tenedor, tiempo y buena compañía. Puf crepeeeees. De todas formas, lo que más me sorprende es la gran cantidad de tartas y tartas y tartas que se pueden encontrar por doquier. Todas te miran cuando pasas, te observan, te hipnotizan, da igual que intentes evitar mirarlas, porque no se puede, se cae, una fuerza ajena a ti hace que gires la cabeza y ahí están, todas ellas, juntas, pequeñitas, y las miras y olvidas que hay un mundo fuera del ámbito de las tartas. Sin embargo, en realidad lo que hay es un cristal malvado entre tú y la tarta, del que no te das cuenta hasta que topas con él en mitad de la hipnosis. Eso estropea toda la fantasía gastronómica que te estabas montando en la cabeza. A mí personalmente, que me monto dicha fantasía cada vez que paso frente a ellas, me deja un poco deprimida durante unos segundos.
Bueno voy a parar aquí, aunque dejo muchas cosas en el estante. Me ha quedado un post gastronómico, así que otro día contaré las diferencias que noto en las calles, la gente, la universidad, los gestos, las costumbres En otra ocasión, porque ahora me ha entrado hambre.
Bueno, voy a partir una lanza a favor de los franceses. En la región de Aquitania (que es la que tengo al lado) no se dan esas carencias de las que hablas. Tienen "lo nuestro" y todo lo suyo. Francamente un buen comercio en cuanto a la alimentación se refiere. Si uno se lo quiere pasar bien comprando "comidas", venga, a Francia. Eso sí: todo muchísimo más caro que para eso su euro es mejor que el nuestro.
Oh!!!!!!
Ya veo que estoy tomando un curso acelerado de idiomas, costumbres, problemas, en fin, no sigo porque me pasaréis la cuenta...
Cuando he cambiado de lugar, cosa que en Argentina hice toda mi vida, he notado cambios pero no tan drásticos (algunos problemáticos pero no tan trascendentes).
-En París no hay galletas.
En Argentina hay galletas pá todos los gustos y presupuestos:galletas finas, o galletitas, galletas de cuartel, galletas galletas... Y no te digo en mi E.Ríos, las galletas entrerrianas son indefinibles e inolvidables. Y lo más importante, puedes comerlas solas, con dulces, salados, para mojar en el huevo frito (el que niegue que alguna vez fue comiendo la clara para dejar intacta la yema y luego atacarla con galleta o pan, no tuvo infancia, al menos en Argentina).
- Pollo: supremas (pechugas limpitas de piel,grasita y hueso) ayer, para unas supremas con champignones, el kilo a 9,50 pesos argentinos y no desperdicias ná. Claro que también hay que ver cuánto es el poder adquisitivo y que este es un país agrículoganadero grano del culo del mundo, pero eso es otro tema.
- ¿cómo es eso que "hasta mate"? ejem.
-Tampoco azúcar? ni de caña ni de remolacha?...pero ¡ahora entiendo porqué se vinieron mis abuelos!
- quesos y vinos: dicen los que saben que en Argentina no le tenemos nada que envidiar. Lo sabré cuando vaya a Europa, claro.
- jamón serrano: aquí es el jamón revestido de una capa de pimentón,que lo proteje y le da sabor. Hay que llevar bidón de capacidad no menor a dos galones lleno de líquido para no morir de sed.
-Naranjas: saca cuentas, si no fuera por las barreras fitosanitarias ya te compro en la frutería de aquí una BOLSA de naranjas de primera calidad por diez pesos (con aprox. 8 docenas).
Ya vas viendo si te das una vuelta por Argentina que podemos carecer de todo pero a la hora de comer...
- y no es por dar envidia ni ná parecido pero si queremos agua, abrimos el grifo. No en el campo donde hay que poner un filtro, pero es porque hay sulfatos de magnesio lo que dificulta la movilidad (nuestra, nunca un radio mayor a 5 m del WC)..
Pos sí, sigue que es demás interesante. De paso me trae morriña de lo que abuelita contaba...que por cierto en pastelería era campeona. Hum, qué lindos recuerdos...me voy a poner las verduras a la sopa.
p.s.:¿qué es frenadol? digo el genérico, el principio activo. Por ahí aquí lo consigo y se lo mando a ese pobre lobo que sufre carencia.
ayyy! A mí me faltais los dos aquí!! Bueno, que no se me enfade el resto, que me falta mucha gente, pero como nadie me esas cosas salvo el Lobo y estos dos madrileños... Niños, os quiero mucho.
Ah, Vailima, sí, supongo que eso será cuestión de zonas. Yo hablo de París y, de hecho, de los 4 supermercados que he frecuentado. Pero vamos, que las costumbres hacen mucho. Es como pedir que en Valladolid te pongan con la cerveza una tapa (gratis) consistente en un flamenquin con patatas. No se hace porque ni hay tapas gratis ni se sabe lo que es un flamenquín. Cuestión de tradiciones (es que hoy estoy granadina...).
Y Nfer: En París sí hay galletas, miles, pero no de las normales ("normales" en España). Digo "hasta mate" porque creo que nunca he visto mate en España... creo. O quizá es que lo tapaba la manzanilla. Pero vamos, que después de leer Rayuela, creo que ese mate no era muy argentino, tenía pinta de mate raro. Y tienes que probar el jamón de Jabugo bien cortado (aquí los españoles dirán "anda que es tonta"). El agua también la saco del grifo pero necesitaba una botella en la que meterla. De todas formas, hay gente que solo bebe agua mineral. Y el Frenadol... bueno, ya no hace falta. El Lobo está mejor. Hoy tiene visita especial: van a verle los príncipes de Asturias.
En Paris he estado muy poco (snif), pero hay un sitio que se llama el "caveau de la huchette" que me gustó muchísimo. Es más bien tipo Clamores que tipo "Liberté huit". Es de toda la vida (ya iba mi padre cuando estuvo estudiando allí). Hay actuaciones en vivo de jazz y luego la gente baila. Impresionante ver el nivel de rock de los franceses de a pie. Y no es que allí vayan virtuosos, que a lo mejor también, es que en cualquier fiesta bailan así.
Chicos, voy entendiendo. Gracias. En cuanto al mate, es una infusión pero por sobre todo un rito. Como el té en japón, tal vez con menos prensa, seguro igual de antiguo (los guaraníes lo bebian antes de que los Jesuitas lo consideraran "bebida del demonio" y ahora -cosas de la vida- es conocido como "Té de los jesuitas"...
Vale, tengo que darme una vueltecita por Francia o me dará un ataque de desarraigo (que nací en este hermoso país, Argentina, pero los abuelos vinieron de Francia y se trajeron desde la vajilla y los libros hasta la cultura...).
Y puede ser, nos hace falta un diccionario- aquí "granadina" es una bebida dulce y roja, sin alcohol (si quieres le pones Pernod y te sientes muuuy francesa, o tahitiana, o marciana)que es extraída de una fruta llamada Granada. Muy refrescante, y que vos seas "granadina" pude (con cierto esfuerzo :-) entender que eras oriunda de la ciudad de Granada. En fin, se me va el bus, hoy llevo atraso por la huelga de camiones de ayer, que cortaron varias rutas. Cosa que me hace sentir ciudadana del mundo.
Ah...Anónima, mi madre, la hija de los franchutes (que abuela y abuelo eran primos hermanos, además) hasta hace poco (ochenta y algo de añitos) bailaba que era de ver. Una gracia increíble. Y dicen que los negros llevan la música en la sangre...y que los gordos son felices...y que los..etc, etc. que estén bien.
Vamos a ver, que no me ponga celoso, Miguelito y Tiza, aquí el ÚNICO que de verdad necesita a su Lola soy yo. ¿Eh? ;P
Lola, no des publicidad de la visita de SS.AA.RR. al IAC, que nos lo prohibieron, vaya que se enteren los del Tomate y tengamos follón (una cosa así nos decían en un mail).
Lobo rayado...no te rayes hombre.....De acuerdo, aceptamos barco, tu eres el numero uno, pero es que tu Lola se hace querer...y tu la tienes para toda la vida...!!!!!! . Ademas...A ver si te vemos tb a ti el pelillo por los madriles. Por cierto, que tal tu constipado?
Lola, también nos falta una Lola en BCN, para que busque follón ;P, jejeje...
Bueno, de acuerdo, primero va el Lobo Rayado, después Tiza y Miguelín pero los terceros en la lista somos nosotros, .... A que sí Lola?? Si no nos ponemos tristes en BCN :'(
Sí... será por el follón que busco yo en Bcn, si soy una santita... Pero claro, Noe, también os tengo pululando por la cabeza. Es que estos franceses son un poco rancios, si hablan ni nada...
Bueno bueno....que pasa?...ahora va a haber peleas para repartirnos a Lola?..esto no puede ser Lola, pon orden...aqui cada uno se coloca donde puede...jajajaj Lobo Rayado, nos dejas un pedacito de Tu Lola?...un ricillo!
Caray, Lola, toda esta discusión en un post sobre gastronomía, si yo fuera tú, me tendría muy inquieta.
¿estás segura de que tus amigos no son antropófagos?
Si hasta andan pidiendo pedacitos de Lola ;D
Si de verdad quieres deprimirte o experimentar lo que es un auténtico choque gastronómico, vente al Digros a Leiden. :'(
Para que sus hagais una idea: me he traido 35 Kg de comida desde España este fin de semana. Y sólo son reservas para llegar a Navidad....
Si algún día dejo la ciencia, monto un negocio. Compro en España y vendo aquí. Me forro fijo. Los moros lo hacen. Es gracioso entrar en una tienda de productos supuestamente marroquíes y encontrarte latas de atún Isabel, fabadas Litoral y naranjas de Valencia. Eso sí, nada de embutido, y el resto, algo más caro que en España. No sé con qué frecuencia bajan, pero es lo que hacen. Y es el único sitio en todo Leiden, que yo haya encontrado, donde puedes comprar cordero (eso sí, por las nubes).
Por cierto, tu jamón serrano franchute quizá sea como el jamón de Parma, que es del mismo colorcete. Creo que es ahumado o poco curado o vete tú a saber. Un día lo ví y como pareció serrano, lo compré. Cuando lo pruebas se nota la diferencia, vaya que si se nota... aunque esté bueno, que no lo discuto, pero no es no ya un Jabugo, es que ni siquiera los del Dia.
Bueno, que me entró el hambre, así que a otra cosa.
¿Naranjas de valencia?. Ya ni eso. Hace poco un empresario conocido mío arrancó 200.000 naranjos de una finca suya. Ha decidido mandar a la m... las naranjas y dedicarse a las alcachofas u otra cosa. El caso es que cosechar las naranjas cuesta en España unas 10 o 12 pts. por kilo. Cosecharlas en Marruecos cuesta 3 pts/kg. Lo que los terratenientes españoles están haciendo es comprar fincas en Marruecos (que ademas la tierra también es mas barata); las naranjas se cultivan allí y se empaquetan aquí.